La primera vez que vi un filme de
Christopher Nolan (Londres, 1970) fue la segunda parte de su trilogía de
Batman, y había una enorme expectativa alrededor, causada en gran parte por el
fallecimiento de uno de los actores principales; Heath Ledger. Es curioso, que
un adolescente interesado en el cine se hubiese perdido ya buena parte de la
filmografía de Nolan, que comenzaba a ratificar su nombre en hollywood como
garantía de romper taquilla, pues si bien el interés como una forma de
entretenimiento lo heredé de mi familia, fue algo que se fue desarrollando
lentamente, y siempre pasé cerca de algunas de sus obras previas (Memento,
Batman Begins, The prestige) pero sin poder darles una oportunidad. Sin
embargo, en el 2008, con el añadido de ser el año del que más me alejé de
varios de mis aficiones, se vivía un ambiente único alrededor de la segunda
entrega del nuevo reboot de Batman, que impidió pudiese seguir postergando mi
encuentro con el londinense.
Recuerdo haber disfrutado bastante, además
de encontrar en el Joker un personaje fascinante en sí mismo, pero que era muy
bien complementado por la interpretación de Ledger. Tras ello, un año luego de
su estreno decidí ver la muy popular Inception, la cuál también me divirtió
mucho, pero que los escasos conocimientos de cine que ya por entonces tenía, me
hacían plantearme la posibilidad de una sobredimensión del filme. También decidí buscar a la
aclamada Memento, que tenía un guión del que se hablaba maravillas, muchas de
las cuales se asemejaban a mis predilecciones por la experimentación en la
narración, no obstante, de nuevo fui decepcionado, porque si bien aceptaba la
enorme creatividad en su estructura, no sentía fuese suficiente para
considerarla una de las mejores películas de la última década. Un año luego
volvería al cine a ver el cierre de la trilogía, el cuál fue bastante
entretenido, una vez más, algo que Nolan sabe hacer masivamente.
Desde entonces era un director que me
llamaba bastante la atención por tener la capacidad de tener películas
diferentes y a la vez que pudiese atrapar a muchos espectadores, pero es luego
de Interstellar que mi interés se rebalsa. Ello ocurre porque a lo
anteriormente mencionado, se une esa confirmación de que Nolan comparte muchos
de sus intereses conmigo, al tener esa inquietud sobre el tiempo, el espacio,
la realidad, los recuerdos, el universo además del gusto por jugar con la
narración. Lamentablemente, al ver toda su filmografía, incluyendo un segundo visionado de las que ya
había visto, comprobé aquello que me entristeció tras Interstellar, que Nolan es un director
que trastabilla consigo mismo. Este ranking muestra en parte mi admiración y a
la vez mi molestia con él, porque tiene una mente bastante inquieta, muy
creativa, pero carece de capacidad para crear buenos guiones, al arruinar sus ideas originales. Esa es la sensación que te deja viendo cada una
de sus películas, que la semilla es oro puro, pero que tiene un desarrollo
defectuoso que termina en frutos, a veces ordinarios. Christopher Nolan es un
director que entre el público en general es sobrevalorado, con un puñado de
películas que también lo son, a pesar de ello, ha sido gratificante recorrer
todo su trabajo, pues incluso con sus numerosos desaciertos, es innegable su
gran creatividad.
Suspenso policial que gira en torno a lo
moral con el dilema del fin y los medios, todo ello poniendo en juego la
reputación. Mientras la película se encarga de tocar esos puntos anda bien
encaminada, pero es todo lo demás que la rodea que no acompaña bien, incluyendo
el insomnio del protagonista, algo a lo que se le dedica gran parte no puede
ser tan poco relevante, pues si bien tiene cierto simbolismo, hay una falta de
habilidad para poder transmitirlo de mejor manera, al punto de ser una mera
decoración y no algo que por sí mismo cobre un mayor valor. 3.4
El cierre de la trilogía de Batman fue inicialmente
bien recibida, e incluso vi a muchas personas del público compararlo a la
segunda parte, eso se debió al buen ritmo que mantiene, con muchas dosis de acción,
además de una aparente enormidad al involucrar a buena parte de Gotham en la
batalla final. Más allá del inicial artificio, se esconde un argumento con incongruencias
y facilismos, defectos propios de Nolan. Pero es innegable el sólido primer
acto donde se muestra el dolor físico, emocional y mental con Bane, un villano
que pone en aprietos al superhéroe, a una ciudad e incluso a EE.UU. 4
8. Batman Begins (2005)
Revivir a Batman y no fallar en el intento
era un reto, que para alivio de los fans del personaje de DC, pudo conseguir
satisfactoriamente Nolan, al agregarle un tono oscuro, además de una bien
hilvanada historia inicial que saltaba entre la niñez de Bruce Wayne y su
búsqueda por entender el mundo fuera de su mansión, confluyendo en el caballero
de la noche que la corroída ciudad de Gotham necesitaba. La oscuridad se
percibe como lo idóneo para contar esta historia, que es bien acompañada por la
música de Hans Zimmer, que se luce como en toda la trilogía. 4.5
7. The prestige (2006)
Si bien según mi criterio de puntuación
puede estar igual que la anterior, el quinto largometraje de Nolan, que carece
de gran nivel técnico, saca alguna diferencia al poseer un argumento superior
que nos muestra la obsesionada rivalidad entre dos compañeros que comparten una
misma pasión: el ilusionismo. No solo se sitúa en el enfrentamiento
desde sus inicios por ser el mejor mago de Londres, sino que llevan su
obsesión por superarse a un punto donde sabotean al otro y buscan de cualquier
manera los enigmas detrás de los trucos de su rival sin considerar las
consecuencias. Son los errores reiterados del autor como lo inverosímil y la
sobre-explicación innecesaria de lo que ocurre los que merman considerablemente
este filme. 4.5
6. Doodlebug (1997)
Puede sorprender la aparición de un corto
de apenas tres minutos superando algunos de sus largometrajes, pero a mí
parecer es en su poca duración que se llega sin muchos rodeos y erróneos
desvíos, para con simpleza a mostrar los orígenes del resto de su filmografía,
con temas que ya empiezan a rondar. Hay una sensación perturbadora que la
envuelve, además de poder provocar cierta extrañeza al tratar entender el nivel
de realidad en el que se encuentra, pero que no es tan relevante para
transmitir cierta locura cuerda de creernos superiores y menospreciar, olvidando
nuestro real lugar en el mundo, o quizás incluso en el universo. 4.7
5. Inception (2010)
Si hay un film bastante sobredimensionado
en su momento es este por ser un océano de inverosimilitudes e incoherencias
que incomodan mucho a la fluidez del argumento, arruinando una de las mejores
ideas iniciales que ha tenido Nolan en su carrera. Es clara la influencia de
The Matrix en contenido y a veces en forma, pero incluso esta es más ambiciosa
por acercarse a temas como el infinito, el amor dentro de este último y la pérdida
de noción de la realidad que van revelándose de a pocos mientras se va
mostrando, con torpeza, el pasado del protagonista que justifica el deseo por
llevar acabo un último trabajo final de manera que pueda volver con sus hijos.
Es también, de nuevo, resaltable el gran, y hoy en día, icónico trabajo musical
de Hans Zimmer para este filme. 4.8
4. Following (1998)
De todas las películas en esta lista, esta es la única infravalorada, en gran parte por sus claras carencias propias de un bajo presupuesto, que sin duda dan un resultado con errores de cierta consideración en actuación, edición y sonido, pero son insuficientes para traerse abajo una historia con saltos narrativos bien hechos, especialidad de Nolan, además de esos constantes ambientes de misterio o peligro constantes, en parte por los movimientos de cámara y el uso del acertado uso del blanco y negro. Si bien se pierde en ciertas situaciones forzadas para que la trama pueda desarrollarse, la sensación final y global es que debería recibir más atención de la casi nula que tiene. 4.8
Con marcada diferencia sobre el resto hay tres películas que entre sus virtudes y defectos consiguen una básica solidez que les permite ser las más destacadas y valorables de la filmografía del londinense.
Con marcada diferencia sobre el resto hay tres películas que entre sus virtudes y defectos consiguen una básica solidez que les permite ser las más destacadas y valorables de la filmografía del londinense.
3. Memento (2000)
Dos líneas narrativas intercaladas, una
que va narrando la historia principal de manera fragmentada pero bastante simbólica
y efectiva, mientras que otra bastante intrigante, tiene al protagonista
contándonos una anécdota suya relacionada a su condición mental dando como
resultado en el mejor guion que ha hecho Christopher Nolan en toda su carrera.
Si bien dista de ser uno impecable, por caer en los mismos errores, es la mayor
prueba de su capacidad creativa, pero no como un mero ejercicio mental, sino
muy bien justificadas, lamentablemente, salvo excepciones, decae en el aspecto
audiovisual, al punto que en ese ámbito hay mayor mérito en su primera obra, a
pesar de que entonces contaba con menos recursos. A pesar de ello, difícilmente
puede afirmarse que este sea uno de los mejores filmes de los 2000 o de los
últimos quince años. 5.7
2. Interstellar (2014)
En su trabajo más ambicioso, nuevamente se
ve cómo una de sus grandes ideas acaba ahogada por sí misma. El amor de un
padre por sus hijos trascendiendo todo lo que el ser humano conoce hasta ahora,
todos sus descubrimientos, todos sus avances, toda la ciencia. Todo ello posible
debido a la búsqueda de una nueva oportunidad para la derrochadora humanidad
que ha acabado destruyendo su propio hogar y debe confiar su salvación en un
grupo de valientes astronautas y científicos, lo cual los llevará a estirar los
límites del conocimiento humano llegando donde nadie más lo ha hecho antes,
provocando que ellos mismos y sus ideales se pongan a prueba. A veces, con
cierta sutileza y belleza, en otras con clichés o inverosimilitudes,
Interstellar termina siendo un desigual resultado, pero con pequeños momentos
memorables, como lo son unos cuantos minutos donde con una enorme intensidad se
evidencia el paso del tiempo, en quizás dentro de lo más potente y mejor que ha
hecho el director. 6.2
1. The dark knight (2008)
Dentro de los que gozan de mayor
popularidad, Batman es uno de los superhéroes más interesantes y mejor
elaborados, algo que fue muy bien adaptado en la reciente trilogía, primero con
Batman Begins que explica sus orígenes, para empezar la segunda
parte en su apogeo. Es ahí, donde aparece su clásico villano; The Joker, un
personaje bien construido, introducido de gran manera en el guion, y como este mismo afirma, siendo un agente del caos, con sus juegos mentales y sociales, su
enorme capacidad de idear trampas, su existencia basada exclusivamente en sus
locuras y el placer más puro por ver al mundo incendiarse, todo ello lo hacen la
antítesis perfecta de Batman, que además, es realizada por una destacada
perfomance de Heath Ledger, probablemente la mejor actuación de esta lista. Además,
es un trabajo que consigue ser expresivo por muchos pasajes gracias a los trabajos
de edición, fotografía y, sin duda, de música, como lo es la toma final de la
película, dentro de lo mejor logrado técnicamente en toda esta filmografía. La
fuerza indetenible chocándose con el objetivo inamovible dan como resultado el
trabajo más redondo, con menos puntos bajos de Nolan, y así la prueba
definitiva de lo que es un buen blockbuster de superhéroes, pero también de
mostrar lo distante que se encuentra de la perfección y el aún largo margen que
hay para poder seguir tratando de encontrar la mejor película de superhéroes
que el futuro nos espera. 6.4
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